Arte y locura

Arte y locura... dos conceptos unidos por el hilo de la sutileza.

Esta sociedad es tan absolutamente crédula de sus propias mentiras…que asocia el mundo de las nuevas ideas con la locura.
A tal punto estamos condicionados por esas creencias que es muy difícil superar la barrera creativa sin sentirnos castrados en algún sentido.
El arte y la creación son un acto absolutamente íntimo, como el pensamiento…
Cuando compartimos nuestras ideas expresándolas a través del arte y las mostramos al mundo  nos vemos sometidos a juicio, y ese juicio (da igual que sea positivo o negativo) se convierte también en un alimento del ego y al mismo tiempo es un modo de acoso o violación de nuestra parte más vulnerable: lo que somos.

Mostrar una obra de las de verdad, de las que nacen del alma… es desnudarse ante el mundo y  cuando nuestra desnudez es alabada o criticada nos hacemos vulnerables a sucumbir en la frustración o la egolatría. Ambas emociones son negativas puesto que condicionan la siguiente obra...
El pensamiento creativo no puede funcionar de otro modo, es libre, y así debe seguir siendo. Se lo considera "pensamiento divergente" y entre los paradigmas de esta sociedad es muy difícil sobrevivir con este tipo de pensamiento.
Hoy hemos de demostrar que nuestra creatividad es válida cuando se convierte en moneda de cambio y se pone precio a las ideas. Esto es frustrante, castrante, y enfermizo  por mucho dinero que ganemos…
Damos por supuesto que es ese "pensamiento divergente" el que nos hace creer que estamos enfermos hasta que nos hacemos conscientes que no somos enfermos, sino que somos el alimento una sociedad enferma.
Las ideas y la creatividad son algo imparable, nacen del centro del ser, son libres, son el lenguaje auténtico del espíritu y no podemos hacerlas callar ni parar…
Algunos de los grandes artistas reconocen en sí mismos esa parte divina que les impulsa a crear, a base de engordar un ego que por otro lado les separa de la totalidad, esa es la soledad del genio y la disgregación y el aislamiento se convierten en nuestros compañeros y no conseguimos el estado de felicidad.

Después de todo y aunque las ideas no cesen…hay un tiempo en que debemos detenernos para comprender todo esto y yo, desde mi humilde conocimiento, he entendido que no hay mejor tiempo que aquel que pasas en silencio, no hay mejor tiempo que aquel que dedicas a escucharte, no hay mejor tiempo que el de la locura de crear sin condiciones, y ese tiempo ha sido difícil…pero ha llegado.

Gracias a todos queridos compañeros de camino y especialmente a Su Sana por el link del que extraigo las siguientes citas y que ha sido la fuente de inspiración del texto anterior:
http://pijamasurf.com/2012/11/enfermedades-mentales-creatividad-y-chamanismo-un-mismo-hilo-dorado-que-pende-sobre-el-abismo/

”El chamán viaja a recuperar la joya perdida en el principio del tiempo… disuelve fronteras, trasciende los conceptos culturales de nuestra sociedad, viaja al mundo de las ideas  de Gaia y las trae de regreso en forma de arte, en su lucha por salvar al mundo”.
En cierta forma, una intuición esotérica sugiere que el chamán vive constantemente el Apocalipsis en sus incursiones psicodélicas, y conforme a esa revelación dirige el timón del barco colectivo, para cumplir el sueño de la Tierra.

Arrojarse al abismo –como el Loco del Tarot que se perfila sobre el desfiladero temerariamente porque tiene al Sol atrás iluminándolo–, es lo que Carlos Castaneda llama “el vuelo abstracto” es entregarse al espíritu.
Fe, que en palabras de Alan Watts, significa confiar en el misterio de la vida. Pero no es una fe ciega, es un reconocimiento, es un acto gratitud, puesto que el que se arroja ya ha visto de que está hecho el mundo. Ya ha comprobado la magia ya ha recibido los dones de la vida, solo necesita como última prueba disolverse en ella para liberarse

Phillip K. Dick en Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas: “Todo es verdad… Todo lo que jamás alguien ha pensado es verdad”.
La locura, se dice, es creer en algo que no es real. ¿Pero que sucede si somos capaces de crear lo que creemos?
Por último, quiero referirme al libro Gödel, Escher Bach: An Eternal Golden Braid, en el que Douglas Hofstadter traza los hilos conductores y conectivos que tejen la inteligencia humana en sus más altos puntos. "Yo imagino que existe un mismo hilo dorado de creación entre la locura, el chamanismo y el arte. Un hilo que se suspende en el abismo, que es la cuerda del equilibrista que cruza entre mundos, que es una especie de resorte que lo eleva del inframundo a los mundos superiores (donde es un relámpago)  y que a la vez es un cable que lo mantiene conectado con la totalidad de la existencia que emerge del vacío cuántico. Es un hilo escurridizo y letal, pero con él se pueden tejer todas las historias y llenarlas de un misterioso polvo dorado. La visión de ese hilo dorado es lo que lleva a arrojarse al abismo –como si éste fuera “una cama de plumas”.